DERRAME DE PETRÓLEO EN EL OCP: ¿SECRETISMO INNECESARIO?

 




Antecedentes

El 28 de enero del 2022, por la rotura de tubería del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), se produce un derrame de petróleo que de acuerdo a los informes preliminares, la mancha de petróleo recorre por el río Coca, y se dirige al río Napo.

En los últimos doce años, se han producido tres derrames de gran magnitud en el OCP, el primero fue en el 2009 en el sector de Santa Rosa del Chaco; el segundo se dio el 7 de abril de 2020 y el reciente suscitado el 28 de enero de 2022, en Piedra Fina.

Organizaciones indígenas y de defensa de derechos como la CONAIE, la Coordinadora de la Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica-COICA, Amnistía Internacional, y el Frente de Defensa Petrolero Ecuatoriano, entre otras, exigen al gobierno tomar las medidas necesarias para considerar al ser humano y la naturaleza como prioridad en las políticas de hidrocarburos.

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Para, esclarecer el tema de este último derrame, el Ing. Fernando Reyes Cisneros, experto en temas petroleros y ambientales, ha escrito el presente artículo “DERRAME DE PETRÓLEO EN EL OCP: ¿SECRETISMO INNECESARIO?”

Desde el inicio de la producción de petróleo allá por agosto de 1972, se han presentado periódicos derrames del hidrocarburo, con mayor incidencia en el sistema transporte constituido por los oleoductos SOTE y OCP. Cálculos aproximados indican que alrededor de un millón de barriles han sido vertidos en el ambiente, con las pérdidas productivas y económicas que significan, así como las correspondientes a la provisión segura de bienes y servicios ambientales, tanto a las comunidades indígenas ribereñas, como a las actuales pequeñas urbes como son Lago Agrio o Francisco de Orellana (El Coca). A pesar de que los oleoductos cuentan con sus propios planes de Contingencias, la eficiencia de la respuesta aún deja mucho que desear, pues existe un enorme desbalance entre los volúmenes derramados y los volúmenes recuperados. Diferencia que en parte obedece al hecho de que, al alcanzar un cuerpo hídrico, el petróleo se amplía en superficie y se reduce en profundidad, peor aún si el evento contingente se presenta en ríos como el Coca, pues su enorme caudal y amplitud entre orillas e islas de sedimentos, dificulta que las barreras de contención trabajen con eficiencia.

Situación que limita la eficacia de la respuesta y, como muestran fotos y filmaciones, ésta se limita a contener y limpiar parcialmente la cola del derrame. Al aproximarnos a los 50 años de ocurrencia de derrames, la ciudadanía del país y la amazónica en particular, dejando de lado los innecesarios secretismos, nos merecemos que con veracidad, en esta oportunidad, el gobierno nos informe qué cantidad de petróleo se derramó, qué volumen se ha recuperado y cuánto aún permanece en el ambiente. No basta con que el gerente del OCP aparezca en los medios y afirme que la mayor cantidad de crudo se ha recobrado. Las leyes físicas y la experiencia demuestran que la mayor parte del derrame ocurre en los primeros momentos de producida la rotura de un oleoducto, el que normalmente opera con altas presiones. La Ecuación de Flujo para los Fluidos Incomprensibles es muy útil, pues permite calcular el caudal instantáneo que se presenta al momento de iniciarse el vertido y luego a medida que transcurre el tiempo. La disminución del caudal también implica menor presión. La salida de petróleo continuará mientras se tenga fluido y la presión del tubo no sea igual a la presión atmosférica.




En el gráfico se puede observar cómo, a medida que la presión de bombeo se reduce, lo hace el caudal instantáneo. Por ejemplo, para un área de 0,55 pies cuadrados, una presión de 800 libras por pulgada cuadrada (lpc), en el antedicho caudal, es de 27 barriles por segundo. Las variables en juego son: la presión de bombeo, el área de la rotura, la densidad del crudo y la aceleración de la gravedad. Foto tomada de las redes sociales.

¿Qué motivos habrán existido para que, luego de construida la última variante del OCP, sin haber enterrado la tubería como lo recomiendan las buenas prácticas operacionales y de acuerdo a la condición del terreno -no muy bien consolidado y rocoso- característico del sector Piedras Finas del volcán Reventador, se haya autorizado el reinicio del bombeo? Si el objetivo era ganar tiempo e ingresos, lamentablemente la decisión tomada surtió el efecto contrario, no solamente para el OCP y sus clientes, sino también para la alicaída economía de personas locales y sus bienes, quiénes una vez más han sido afectados y no compensados adecuadamente. A un año de que el OCP se revierta al Estado, será conveniente para el país que, siguiendo el ejemplo del SOTE, el mencionado oleoducto también cambie su derecho de vía a la orilla sur-este del río Coca pues, sin duda alguna, es la mejor alternativa para reducir su exposición al riesgo que significa la dinámica erosión regresiva del mencionado curso hídrico en la base del volcán Reventador.

 


Fuente: Petroinforma de EP Petroecuador, enero 2022



Esta nueva y negra experiencia obliga a que el gobierno mire con detenimiento y profundidad la enorme tragedia ambiental en la que se encuentra la cuenca del río Coca y proceda a planificar la recuperación de ese magnífico ecosistema, para que pase de su condición de alta degradación eco sistémica -agravada por la erosión erosiva, la alta sedimentación que genera y las descargas de aguas sin sedimentos de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair- a un nuevo estado que signifique su restauración biofísica, enorme reto que permitiría se demuestre que la transición ecológica es válida cuando se decide pasar de un escenario de menor a mayor calidad eco-sistémica. Y mejor aún, si la indicada transición se orienta a que, en el sistema económico del Ecuador, a los bienes y servicios ambientales se les convierta en activos, tal como lo sugieren la ONU y la CEPAL.

Propuesta del Frente de Defensa Petrolero Ecuatoriano

Ante la grave situación de los pueblos y la naturaleza afectados por la operación del OCP-Ecuador, que han ocasionado el último derrame de petróleo, se exige al Estado y al gobierno nacional:

· Investigar lo ocurrido en el derrame de petróleo del 28 de enero del 2022, por la rotura de tubería del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), con la participación de veedores de las comunidades indígenas y organizaciones de defensa de derechos; y publicar sus conclusiones y medidas de prevención.

· Informar a los afectados, de las medidas de remediación integral.

· Informar al país, cual es la responsabilidad de la empresa OCP-Ecuador, en el último derrame de petróleo y cuáles serán las acciones en la remediación ambiental que debe ejecutar y en la solución a las afectaciones a quienes habitan en el sector.

· Responder a las organizaciones indígenas, religiosas y de derechos humanos que aseguran que el derrame de petróleo del 7 de abril del 2020 no ha sido atendido adecuadamente. No se ha realizado consulta previa con pueblos indígenas y ni siquiera se ha informado oficialmente cuánto petróleo se derramó.

· Informar al país, respecto al traspaso de la infraestructura y administración del OCP al Estado como lo establece el contrato de concesión que termina en noviembre del 2023. De acuerdo a técnicos del área “Al país le conviene (el traspaso), porque permite manejar mejor los diferentes tipos de crudo sin necesidad de mezclarlos como se hace ahora” “La combinación de estos productos reduce la calidad del hidrocarburo y afecta al precio, debido al castigo que se aplica en estos casos”.



Frente de Defensa Petrolero Ecuatoriano

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